Tirar la puerta al suelo

Leí una cita hace tiempo la cual decía: Estamos encerrados tras la puerta de lo concreto. Al otro lado está el misterio, la mentira, la verdad, el saber, la razón... Y des de aquí quiero partir hoy. 

Ahora mismo no recuerdo de quién es esta cita, pero sin duda define al pié de la letra la conducta humana. Como seres humanos nos movemos a través de un patrón de conducta que nos define, pero a lo largo de nuestra vida nos vamos encontrando situaciones que definen y en ocasiones determinan nuestra forma de ser y ver el mundo. 

El ser humano actúa, y me acojo un poco al post de hace unos días, des de un punto individualista dentro de una sociedad colectiva, hecho que hace que inconscientemente, éste, sea condicionado por la misma sociedad. Vivimos en un mundo que nos ha enseñado a movernos dentro de unos estándares y a no sobrepasar los límites que los definen, ya que de hacerlo, como ya sabéis, se nos tacha de diferentes.  Esta es la puerta de lo concreto. Topamos de frente con una puerta que no nos permite ver más allá. Que no nos permite ver hasta dónde llegan nuestras acciones, y de dónde provienen las mismas. Una puerta a la cual muchas veces queremos enfrentarnos pero no encontramos cómo. 

Fuerza de voluntad. 

La fuerza de voluntad es la pócima mágica del s. XXI, y ahora pregunto yo ¿Si esta supuesta fuerza  de voluntad es propia de cada uno, por qué no la usamos? Esta fuerza nos ayuda a ver más allá de esta puerta, a tirar la puerta al suelo y a abrir nuestro campo de visión ante las situaciones que se nos puedan proponer. 

Hay que saber, y los que me conozcáis tendréis en cuenta que lo remarco mucho, que hay que tener la diferencia como potencia. Y es que sólo si sabemos desmarcarnos de lo concreto, podremos ver des de otras perspectivas cualquier situación que se nos proponga, sólo si sabemos desmarcarnos de lo concreto podremos topar con la mentira, con la traición, con la razón. Con la verdad. Bonita palabra, Verdad. Pero siento deciros que no existe. 

Habréis escuchado muchas veces eso de: no hay una verdad absoluta. Y es que así es. Existe una realidad tangible la cual penetra directamente en nuestra persona. Pero es allí, dentro de nosotros, donde esa realidad toma forma. No existe una verdad, no existe una realidad, existen mil verdades y mil realidades, tantas como personas hay en el mundo. Éstas pueden o no coincidir entre ellas, hecho que nos lleva a consensos e incongruencias, pero eso no quita que no existan más. 

Y es que los consensos son claves para la evolución humana. Leía hoy una frase que decía: para entendernos no hay que tener las mismas ideas, sino el mismo respeto. Y es que cualquier concepto que nos envuelve, coge una forma determinada en nuestra mente que guía nuestra conducta y nuestra persona. Es por ello que lo primero que hay que hacer es tomar conciencia que tras la puerta de lo concreto hay mil y una realidades, y una de ellas es darte cuenta que tu realidad, no existe en la realidad de muchos. Y e aquí uno de los grandes problemas de la sociedad actual. La incomprensión. 

Diariamente nos sometemos a interacciones entre iguales que nos llevan a entender muchas de las cosas que nos pasan, y es que nuestras experiencias condicionan la forma en qué vemos el mundo. 

Únicamente si tenemos fuerza de voluntad podremos abrir ese campo de visión que nos permitirá ver todo aquello que nos rodea de una forma muy diferente. Tirar la puerta al suelo que nos permitirá coger perspectiva de las cosas. Tirar la puerta al suelo que nos permitirá, sin duda alguna, trascender a la metacognición plena, a reflexionar sobre nuestros propios pensamientos y nuestra propia manera de ver el mundo. 

Y es que sólo comprendiendo que hay "más allá" en el "más acá" el ser humano puede trascender y comprender, que las cosas no son tal como son, sino tal como somos. 

Comentaris

  1. Muy acertado. Esa puerta de lo concreto (la norma social) limita el desarrollo libre del individuo en un contexto hostil para identidades consideradas como subversivas. Superar ese umbral debería ser una obligación de cada uno consigo mismo y con el resto. No se trata de imponer la diferencia a quien la rechaza de entrada, sino de habilitarla progresivamente como un espacio de lo posible para humanizar los espacios periféricos de la norma. Que cuando se dice "lo humano", se acoja cada vez a más personas; y eso requiere del trabajo interdisciplinar de las ciencias sociales.

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    1. Totalmente de acuerdo Oriol, tenemos que empezar a considerar a las persona como tal, únicamente de esa manera podremos romper con lo común y comenzar una "re-evolución" humana. Muchísimas gracias por tu comentario! Un abrazo!

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